Gracias a uno de nuestros modelos de ratón para el síndrome de Dravet, los grupos de Juan Manuel Encinas en el País Vasco y Onintza Sagredo en Madrid, sugieren que el sistema endocannabinoide podría estar desregulado en personas con síndrome de Dravet, y que el uso de cannabidiol y otros cannabinoides podrían corregir dicha desregulación.
Hoy en día, los fármacos más utilizados para el síndrome de Dravet son los antiepilépticos (valproato, topiramato, estiripentol y clobazam, entre otros), pero los pacientes suelen ser resistentes a ellos. En la búsqueda de mejores tratamientos, se observó la importancia del sistema endocannabinoide cerebral ―un conjunto de proteínas y lípidos que se unen a receptores cannabinoides involucrados en la regulación del metabolismo, dolor crónico, actividad motora, aprendizaje e inflamación, entre muchos otros.
Los cannabinoides, en especial el cannabidiol, tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, por lo que no solo sirven como antiepilépticos, utilidad que ya conocemos de Epidyolex®, marca comercial de un tipo de cannabinoide denominado cannabidiol que, como sabéis, fue aprobado en 2019 por la Comisión Europea como tratamiento para reducir las convulsiones en pacientes con síndrome de Dravet pero cuya aprobación en España se está retrasando bastante.
Los cannabinoides parecen tener propiedades terapéuticas frente a comorbilidades de pacientes con síndrome de Dravet, como la ansiedad, depresión, trastornos del espectro autista, deterioro motor y defectos de memoria. Este efecto adicional de los cannabinoides se conocía, pero no se comprendía… ¡hasta ahora!
La idea de una desregulación del sistema endocannabinoide en los pacientes con síndrome de Dravet es todavía una hipótesis por confirmar. Sin embargo, los beneficios del cannabidiol en estos pacientes pueden deberse a un reajuste de dicho sistema. Los grupos de investigación de Juan Manuel Encinas y Onintza Sagredo proponen que el cannabidiol mejorará las comorbilidades asociadas al síndrome de Dravet.
¿Cómo han llegado a esta conclusión?
Para ello, utilizaron nuestro modelo de ratón A1783V, el cual porta una mutación missense que típicamente aparece en personas con síndrome de Dravet y que provoca que los canales de sodio Nav1.1, necesarios para la transmisión de señales eléctricas en el cerebro, funcionen de manera incorrecta. Cruzaron este ratón con otro genéticamente modificado para dar lugar a animales que solo presentan la mutación missense en las neuronas del sistema nervioso central. Este cruce permitió a los investigadores estudiar las comorbilidades a largo plazo, ya que los nuevos ratones no sufren de la mortalidad prematura característica de los modelos animales para el síndrome de Dravet.
Después de caracterizar el nuevo cruce como un modelo válido para el estudio del síndrome de Dravet, vieron alteraciones en el sistema endocannabinoide de los nuevos ratones. Algunos receptores y enzimas inactivadoras de endocannabinoides se vieron reducidos, mientras que otros receptores aumentaron. Estas alteraciones indicaban que el hecho de tener canales Nav1.1 que no funcionan correctamente en neuronas del sistema nervioso central puede dar lugar a una desregulación del sistema endocannabinoide cerebral y, como consecuencia, a ciertas comorbilidades en el síndrome de Dravet. Así, el reajuste de este sistema podría contribuir a la mejora del comportamiento en estas personas.
Este estudio contribuye a entender el efecto de los cannabinoides en personas con síndrome de Dravet, a la vez que los ratones creados a partir del modelo de nuestra Fundación abren una vez más una nueva ventana a la investigación de nuevos tratamientos para estos pacientes.
Podéis encontrar el artículo original en inglés AQUÍ. También encontraréis más información, en inglés, sobre los ratones de la Fundación Síndrome de Dravet utilizados en este estudio AQUÍ.
Es importante comprender los mecanismos moleculares y celulares en el síndrome de Dravet para obtener tratamientos eficaces. La Fundación Síndrome de Dravet continuará poniendo a disposición de toda la comunidad científica nuevas herramientas de trabajo, como está haciendo en la actualidad a través de su colaboración con la Universidad de Tel Aviv. Podéis acceder a la última noticia al respecto AQUÍ.
Un sueño, una meta.