Un niño de ocho años con síndrome de Dravet, junto con otros 10 pacientes de entre 1 semana y 17 años de edad, todos ellos con estado epiléptico refractario* o super-refractario**, fueron sometidos a hipotermia terapéutica como tratamiento adyuvante a los medicamentos antiepilépticos, y los resultados fueron bastante satisfactorios.
La hipotermia terapéutica consistió en la aplicación sobre el cuerpo del paciente de una fina tela de hidrogel, la cual está conectada a un sistema de control de temperatura. La temperatura se redujo hasta los 34-35 ºC durante un periodo de 48-72 horas. Posteriormente, se elevó la temperatura a una velocidad de 0,05 ºC por hora durante 1 o 2 días, o hasta que el paciente alcanzó los 36 ºC. Los resultados, comparados con aquellos en 12 pacientes que únicamente recibieron los antiepilépticos y no la hipotermia terapéutica, fueron los siguientes:
Reducción en la duración de las crisis: de 96 a 24 horas de media.
Mejor valor en la escala GOS***.
Menos de la mitad de los pacientes que recibieron la terapia desarrolló epilepsia refractaria crónica tras un año de revisiones post-tratamiento, mientras que todos los pacientes del grupo que no recibió la hipotermia terapéutica desarrollaron epilepsia refractaria crónica.
¿Podría entonces la hipotermia terapéutica ser un tratamiento adyuvante de uso estandarizado para reducir la aparición de crisis post-estado epiléptico y mejorar la capacidad de rehabilitación de los pacientes?
El artículo lo podéis leer (en inglés) AQUÍ.
Un sueño, una meta.
*El estado epiléptico refractario se define como aquellas crisis epilépticas que duran más de 60 minutos a pesar de haberse tratado al paciente con al menos un medicamento anti-epiléptico de primera línea y uno de segunda línea.
**El estado epiléptico super-refractario es aquel que persiste durante 24 horas o más tras el inicio del tratamiento mediante anestesia general.
***La escala GOS (siglas en inglés de Glasgow Outcome Score) evalúa a pacientes con daño cerebral y permite predecir el curso a largo plazo de su rehabilitación para volver al trabajo y a la vida cotidiana. Consta de cinco categorías o grados de discapacidad: muerte, estado vegetativo, discapacidad severa, discapacidad moderada y buena recuperación. Las tres primeras categorías se consideran «malos resultados» y las dos últimas, «buenos resultados».