Hoy os presentamos a Susana Boronat Guerrero, directora de Pediatría del hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona y miembro de nuestro Comité Científico. Susana se dedica a la investigación clínica. Sin embargo, como sabe la importancia de la investigación básica (investigación que se hace en los laboratorios para ampliar el conocimiento y luego trasladarlo a la investigación clínica), colabora estrechamente con el laboratorio de genética, porque «ambas investigaciones deben ir muy unidas».
Aquí leerás cómo una mujer buena en multi-tasking es capaz de dirigir un departamento de pediatría, ver a pacientes para segundas opiniones e investigar mientras colabora con asociaciones de pacientes. Todo para tener una visión lo más completa posible y ayudar a las personas.
INTRODUCCIÓN
¿Por qué quisiste ser médico?
Me apasiona la medicina desde que tengo uso de razón. Me gusta mezclar el cuidado de los pacientes y sus familias con intentar descubrir cosas nuevas para avanzar contra la lucha de las enfermedades.
¿Te apoyaron tus padres en tu decisión?
Totalmente. Siempre estuvieron muy orgullosos de mí.
CAMINO ACADÉMICO
¿Has hecho un posgrado? ¿Cuál?
Hice una estancia de formación en investigación clínica en Epilepsia infantil en la Universidad de Harvard durante 2 años.
¿Cuál es tu especialidad?
Pediatría. Me he subespecializado en Neuropediatría en España y en Genética clínica en Estados Unidos.
¿En qué consistió tu tesis doctoral?
Se tituló «Estudio de la malformación de Chiari 1: correlación clínico-radiológica en la infancia e investigación de la base genética».
Esta enfermedad consiste en una malformación de la fosa ósea posterior del cráneo que alberga el cerebelo y que en algunas personas es más pequeña de lo habitual, lo que puede provocar síntomas graves e incluso la muerte porque el cerebelo comprime zonas del tronco cerebral.
¿Estaba relacionado el tema de tu tesis con la investigación que realizas ahora?
No. Me interesan distintos temas relacionados con el cerebro, pero siempre tienen en común una base genética.
¿Te costó llegar a ser médico?
No, siempre me ha sido fácil estudiar y sacar buenas notas.
¿Qué valores crees que se necesitan para ser médico/investigador/a?
Para ser un buen médico lo más importante es preocuparte por el bienestar de tus pacientes. Eso es lo que te impulsa en el día a día a hacerlo lo mejor posible dentro de tus limitaciones y seguir adelante. Para ser un buen investigador se necesita tener una meta clara y ser meticuloso y tenaz.
CAMINO PROFESIONAL
¿Fue fácil encontrar un puesto trabajo?
Sí, he sido afortunada y he podido ir trabajando y avanzando en distintas áreas que me han interesado, desde la Neuropediatría a la Genética clínica y desde la asistencia a la investigación.
En el momento actual, trabajo en gestión sanitaria, como directora de un servicio de Pediatría y también profesora de Medicina en la Universidad.
¿Qué es lo que más te gusta de ser médico?
Lo que más me gusta es la asistencia clínica.
¿Y lo que menos?
Ahora estoy en gestión sanitaria y es lo que menos me gusta, aunque quiero hacerlo para poder conseguir mejoras más importantes y extensas en la asistencia a los pacientes, más allá de lo que les puedo apoyar como médico en cada caso individual.
¿Cuánto tiempo llevas siendo médico?
Soy pediatra desde hace 20 años. Los últimos 15 especializada en Neuropediatría.
¿Cuál es tu objetivo profesional?
Mejorar las cosas en la asistencia médica de los niños afectados por enfermedades neurológicas raras y graves.
También potenciar que los médicos asistenciales hospitalarios puedan dedicar más tiempo a la investigación clínica, ya que la organización sanitaria actual hace extremadamente difícil poder combinar asistencia e investigación clínica.
¿Por qué investigas el síndrome de Dravet?
Porque mi área principal de interés son las epilepsias raras genéticas. El síndrome de Dravet se encuentra en una posición avanzada en términos de investigación que hacen prever que pueda aplicarse terapia génica para su cura en breve. Ello servirá de avanzadilla para que otras epilepsias genéticas raras y graves puedan avanzar más rápidamente gracias a lo que se consiga en el síndrome de Dravet. La terapia génica es mi área de especial interés.
¿Conoces a alguien que sufra síndrome de Dravet?
Sí, a varios pacientes, aunque nadie de mi familia.
EL DÍA A DÍA EN INVESTIGACIÓN CLÍNICA
En tu opinión, ¿cuál es la más complicada?
En mi opinión, lo más complicado es la interpretación de las mutaciones nuevas de significado incierto en genes ya conocidos y las mutaciones en genes nuevos, hasta ahora desconocidos.
Las técnicas diagnósticas han avanzado tan rápido que no estamos preparados para entender qué provocan las alteraciones que detectamos.
¿Cuál es la técnica más novedosa?
El avance de las técnicas moleculares de diagnóstico, como la secuenciación del exoma o del genoma han permitido un avance exponencial en el campo.
¿Y la más «antigua»?
El cariotipo. Todavía tiene alguna aplicación, pero muy concreta.
¿Cuánto tardas en procesar una muestra?
Actualmente tenemos el resultado de una secuenciación de exoma de 20.000 genes en tres meses. Si es urgente, como en el caso de un diagnóstico prenatal, puede llegar a tenerse en 1 mes aproximadamente.
¿De qué tejidos son las muestras?
Normalmente de una muestra de sangre, ya que permite extraer más ADN. Aunque en algunos casos especiales podemos necesitar extraer ADN de otros tejidos, como un frotis de mucosa bucal, biopsia de piel o incluso orina.
¿Qué proyectos tienes para este año?
Este año estamos creando las bases de funcionamiento de la Unidad Conjunta de Epilepsia de Sant Pau con el Hospital del Mar, que es CSUR y ERN de epilepsias refractarias.
Además, estamos poniendo en marcha varios proyectos que esperamos que podamos anunciar en breve.
¿Se te hace difícil explicarle al paciente o a su familia la enfermedad que padece?
Sí, aunque llevo ya muchos años dedicada a esto y te acostumbras.
Lo más importante es ser sincero e intentar explicarlo lo mejor posible, adaptándote al nivel sociocultural de la familia. Es importante que puedan contactar contigo por e-mail o teléfono en los días siguientes e incluso repetir la visita de información del diagnóstico, porque muchas familias se quedan bloqueadas ante la información y necesitan un tiempo para procesar y poder expresar sus dudas.
¿Ha cambiado mucho el diagnóstico para el síndrome de Dravet desde que empezaste?
Totalmente. Cuando yo empecé sólo podías hacer un diagnóstico clínico. La posibilidad de diagnóstico molecular llegó cuando ya llevaba unos años.
De todas formas, el diagnóstico sigue siendo clínico, ya que en algunos pacientes no puede detectarse la mutación, aunque estamos mejorando en las técnicas para detectar estas mutaciones «escondidas».
¿Cuál ha sido la experiencia médica más compleja que has vivido?
Lo más difícil son las enfermedades genéticas neurodegenerativas, aquellas que acaban con la vida del paciente en pocos años, mientras va perdiendo facultades neurológicas. El acompañamiento en cuanto a cuidado paliativo es duro pero las familias se sienten muy acompañadas y te lo agradecen mucho, sobre todo que los acompañes en el proceso final de muerte.
¿A veces te sientes afectada por los casos de tus pacientes?
Siempre me afecta, aunque tienes que aprender a vivir con ello. Si te afecta demasiado, no les puedes ayudar al máximo cunado debes tomar decisiones objetivas y además no puedes funcionar bien a nivel personal ni familiar.
¿Has realizado o participado en alguna investigación en síndrome de Dravet?
Sí, trabajo en varios proyectos sobre descripción de historia natural y calidad de vida de los pacientes y sus familias.
¿Cuáles son los mejores hábitos personales cuando se cuida de un paciente con síndrome de Dravet?
Los padres y otros familiares sufren muchísimo y es importante que se obliguen a cuidarse al máximo para poder hacer frente al enorme reto que supone el día a día y no caer enfermos o con depresión/ansiedad. Han de comer y dormir de forma adecuada, hacer algo de deporte, intentar tener un respiro de vez en cuando para hacer alguna actividad de ocio…
SOCIEDAD E INVESTIGACIÓN
¿Cuál es la importancia de la investigación en la sociedad?
Depende de lo que investigue. Hay áreas que tienen un impacto inmediato y visible en el bienestar humano. Aunque todos suman en ampliar el conocimiento global y hacernos avanzar.
¿Crees que es importante la investigación de enfermedades raras?
Muy importante. Precisamente por ser raras, cuesta mucho más poder extraer información fiable que ayude a otros pacientes afectos de la enfermedad y existen muchos menos investigadores implicados.
¿Cómo crees que la investigación del síndrome de Dravet puede influir en la sociedad en general?
Creo que sobre todo aportará esperanza, porque mostrará avances importantes y nuevas terapias que a su vez arrojarán luz sobre muchas otras epilepsias raras.
¿Qué te llevo a convertirte en miembro del Comité Científico de la Fundación Síndrome de Dravet?
Creo que es primordial para el avance científico en enfermedades raras que los médicos y las asociaciones de pacientes colaboren muy estrechamente. Me permite ayudar de forma rápida, estrecha y efectiva. Hasta ahora la experiencia ha sido muy positiva.
¿Qué beneficios personales obtienes de esta membresía?
Trabajo extra, jaja… pero como soy un poco adicta al trabajo ya me va bien.
El beneficio también es sentimental porque tengo una hija con epilepsia y colaborar con la asociación es una forma indirecta de aportar mi granito de arena como madre.
PARA TERMINAR
¿Eres optimista en la lucha contra el síndrome de Dravet? ¿Por qué?
Sí, creo firmemente que las terapias avanzadas potencialmente curativas, como la terapia génica, ya están muy cerca y como sociedad debemos hacer lo imposible para que nos lleguen casi al mismo tiempo que a otros países, como Estados Unidos.
¿Alguna recomendación para alguien que está estudiando o empezando su carrera profesional?
Que escoja algo que realmente le apasione y entonces se imagine haciendo eso con 30 años más y con la misma pasión o mayor. Esa es la elección correcta.